Estoy más que segura que la pantalla, tanto de las
computadoras como de los celulares, hace impune a todo el mundo. Ahí somos todos
ninjas del teclado: histeriqueamos, apuramos, calentamos y damos guerra. Pero
cuando llega el momento de concretar… nos hacemos los boludos.
Y en esa duda estoy. El mensaje que mandé el 31 de
diciembre, tuvo su respuesta: “¿Cómo andás tanto tiempo? Por lo menos 3 años
sin vernos, no”. Y en ese estado, entré
en una calesita de idas y vueltas de la que no me quise bajar. ¿Será hora de
hacer karate?
Este post vino sin el consabido videito! Por favor chicas, con lo que me gusta cerrar las cosas divertidas que escriben con buena música!
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